Joaquín Ramón Martínez Sabina (Úbeda, Jaén, 12 de febrero de 1949),
conocido artísticamente como Joaquín Sabina, es un cantautor y poeta
español de éxito en países de habla hispana.
Ha publicado
catorce discos de estudio, cuatro en directo y tres recopilatorios y
colaborado con distintos artistas cantando dúos y realizando otras
colaboraciones. También compuso para otros artistas como Ana Belén o
Miguel Ríos entre otros. Los álbumes en directo son grabaciones de
actuaciones en las que ha intervenido en solitario o junto con otros
artistas: La mandrágora (1981), junto a Javier Krahe y Alberto Pérez;
Joaquín Sabina y Viceversa en directo (1986), junto a la banda
Viceversa; Nos sobran los motivos (2000); Dos pájaros de un tiro (2007) y
La orquesta del Titanic (2012), junto a Joan Manuel Serrat. En su
faceta literaria ha publicado nueve libros con recopilaciones de letras
de canciones o poemas publicados en el semanario Interviú.
En
el año 2001 sufrió un leve infarto cerebral que puso su vida en peligro,
recuperándose unas pocas semanas más tarde sin sufrir secuelas físicas,
pero el incidente influyó en su forma de pensar y se vió inmerso en una
importante depresión, lo que le llevó a abandonar los escenarios un
tiempo. Tras superarla, publicó Dímelo en la calle (2002), al que
seguiría su decimoctavo álbum, Alivio de luto (2005). El 17 de noviembre
de 2009 publicó Vinagre y rosas, su último álbum en solitario, del que
se vendieron 200.000 copias en tan sólo un mes de su lanzamiento,
consiguiendo tres discos de platin
Joaquín Sabina nació el 12 de febrero de 1949 en la localidad de Úbeda
(Jaén, España), segundo hijo de Adela Sabina del Campo, ama de casa y de
Jerónimo Martínez Gallego, inspector de policía.2 Cursó sus estudios
primarios con las monjas Carmelitas y con catorce años comienzó a
escribir poemas y a componer música en una banda formada con sus amigos
llamada Merry Youngs,3 que se dedicaban sobre todo a versionar a
cantantes de rock como Elvis Presley, Chuck Berry o Little Richard.
Por esa época, tuvo a su primera novia, Chispa, que le sirvió como
inspiración para crear algunos poemas de amor. Esta relación era un poco
accidentada ya que el padre de Chispa, un notario de Úbeda, se opuso a
ella desde un principio y algunos años después, siendo Joaquín
universitario, se llevó la hija consigo a Granollers con el fin de
apartarla definitivamente de él. Pero Joaquín emprendió, en compañía de
un amigo, un viaje en su busca, instalándose en una tienda de campaña
junto a la casa familiar de Chispa. Los dos jóvenes se escaparon juntos
recalando finalmente en el Valle de Arán (Lérida), donde vivieron juntos
unos días.3
Posteriormente cursó el bachillerato en los
Salesianos. En esa época siguió escribiendo versos y leyó a Fray Luis de
León, Jorge Manrique y José Hierro pero también a Marcel Proust, James
Joyce y Herbert Marcuse. El día en que aprobó cuarto y reválida su padre
quiso recompensar a Joaquín con un reloj de pulsera, a lo que él se
negó manifestando que prefería una guitarra; petición que fue
satisfecha. En cambio, su hermano mayor sí que aceptó el reloj y, según
Joaquín, ese pequeño detalle sería el que los empezaría a distanciar: su
hermano se acabaría convirtiendo, como el padre de ambos, en policía y
él en cantante.3
Exilio en Londres
En 1968 se trasladó a
Granada para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras e iniciar
los estudios de Filología Románica en dicha universidad, donde
descubrió la poesía de César Vallejo y Pablo Neruda. Joaquín vivío por
primera vez con una mujer, llamada Lesley, y preparó su tesis de español
en Granada.4
Su ideología izquierdista le llevó a relacionarse
con movimientos contrarios al régimen franquista. Este mismo año,
cuando se proclamó el estado de excepción, su padre, que era comisario
en Úbeda, recibió la orden de detenerle por pertenecer al Partido
Comunista.5 En 1970 comienzó a colaborar con la revista Poesía 70,
compartiendo páginas con Luis Eduardo Aute o Carlos Cano. En ese mismo
año lanzó un cóctel molotov contra una sucursal del Banco de Bilbao en
Granada en protesta por el Proceso de Burgos, por lo que se vió obligado
a exiliarse. Al carecer de pasaporte, no pudo salir inmediatamente del
país, pero conoció a un hombre, Mariano Zugasti, que, tras unas horas de
conversación, le cedió el suyo.2 Con nombre falso y acompañado de
Lesley, Joaquín puso rumbo a París, donde pasó unos meses, y
posteriormente a Londres, donde vivió como squatter (okupa) durante su
primer año de estancia en la ciudad.
Joaquín necesitó
sensibilizar a la opinión pública a su favor, ya que de otro modo sería
repatriado a España, y gracias a Lesley consiguió que le hicieran una
entrevista y presentara su caso. El Daily Mirror publicó que a su vuelta
a España le esperaría la pena de muerte, hecho totalmente falso, pero
consiguió que las autoridades británicas le concedieran el asilo
político por un año. Se marchó a Edimburgo con Lesley a vivir.
Permanecieron allí cuatro meses, tras los cuales Joaquín se marchó a
Londres abandonando a Lesley.4
Durante esta época su casa en
Londres sirvió de refugio para miembros de la banda terrorista ETA. Años
más tarde afirmó que «la izquierda de este país, a la que
orgullosamente he pertenecido y creo pertenecer, debiera pedir perdón
por su complacencia con ETA durante muchos años. Yo tuve en mi casa de
Londres a etarras y era una gente encantadora que pegaban tiros en la
nuca, algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y
hacíamos mal. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. Así que
creo que la gente como yo está muy obligada a estar muy en contra y a
decirlo muy alto por cobardes que sean. Y yo lo soy como el que más».6
Colaboró en Londres con el Club Antonio Machado, uno de los centros
frecuentados por emigrantes y exiliados. En la capital inglesa escribió
sus primeras canciones y organizó un cineclub donde se exhibían
películas de Luis Buñuel, prohibido entonces en la España franquista.
Reconstruyó el grupo de teatro Juan Panadero y montó polémicas obras
teatrales como La excepción de la regla, de Bertolt Brecht, y El cepillo
de dientes, de Jorge Díaz. Se ganó la vida cantando en el metro,
restaurantes y cafés. En 1974, según una de las anécdotas más divulgadas
sobre su vida, actuó ante George Harrison, quien celebraba su
cumpleaños en un bar local llamado Mexicano-Taverna. El ex-beatle le dio
una propina de cinco libras.5 En algunas entrevistas, Sabina ha
relatado que conserva el billete que recibió como un tesoro, pero en
otras ocasiones ha desmentido su propia leyenda («En realidad, me los
bebí aquella misma noche»). Durante ese tiempo mantuvo una relación con
una chica llamada Sonia.
En 1976 publicó el libreto de
canciones Memorias del exilio y comienzó a organizar conciertos para la
colonia de exiliados españoles en Inglaterra, donde actuaron Paco
Ibáñez, Lluís Llach, Francesc Pi de la Serra o Elisa Serna. Estos versos
constituirían el grueso principal dos años más tarde de su primer
disco, Inventario. El libro fue editado por la Editorial Nueva Voz, con
una tirada de 1.000 ejemplares que el propio Joaquín se encargó de
distribuir por el área de Portobello Road, vendiendo hasta el último de
ellos gracias a su don de gentes y a las muchas amistades trabadas en el
más de medio lustro transcurrido en la capital británica.3 Más tarde
compuso la banda sonora de la serie The Last Crusade, de la BBC.
Regreso a España
Javier Krahe durante una actuación en directo en el Café Central de Madrid.
En el año 1977, tras la muerte de Franco, consiguió volver a España
gracias a un pasaporte legal facilitado por Fernando Morán, cónsul
español en Londres. En ese mismo año se casó con Lucía Inés Correa
Martínez, una argentina que había conocido en Londres durante su exilio.
La ceremonia de enlace, eclesiástica, tuvo lugar el 18 de febrero de
1977.3 En realidad el enlace se celebró con el único propósito de
conseguir el «pase de pernocta» (permiso que se da a los soldados para
que puedan ir a dormir a sus casas) en el cuartel durante el servicio
militar que se había visto obligado a cumplir en Mallorca tras regresar a
España. Esto le permitió trabajar en el diario local Última Hora.
En 1978 se instaló en Madrid con su mujer y consiguió editar su primer
LP, Inventario. El director de la discográfica CBS, Tomás Muñoz, le
había ofrecido su primer contrato con la referencia de su tema «¡Qué
demasiao!», que por aquel entonces, interpretada por el cantante
«Pulgarcito», sonaba en Popgrama, espacio de Televisión Española
presentado por Carlos Tena. De esa forma comenzó a actuar en el circuito
de bares madrileños y en los mítines electorales del PSP, UGT, PCE y
PSOE, así como en actos de la CNT. En esa época trabajó como
entrevistador de Carta de España. Al año siguiente comienzó a cantar
junto a Javier Krahe y Alberto Pérez en el sótano del café madrileño La
Mandrágora.5 Uno de los temas que interpretaron es «Con su bikini»,
versión paródica del tema de Bob Dylan «Man Gave Names To All The
Animals» que, según parece, el propio autor le prohibió tocar. Al local
acudió un día el periodista Fernando García Tola, que los invitó a su
programa de televisión Esta noche, presentado por Carmen Maura.
Tras su primer disco, abandonó el perfil prototípico del cantautor, ya
que, según él mismo afirma, el uso de ese término le hizo sentir como si
le pusieran un ladrillo en la cabeza y «poeta» le parece «un traje que
le queda demasiado ancho».7 En 1980 publicó su segundo trabajo, Malas
compañías, álbum en el que destacan varios temas que se convertieron en
clásicos, como «Calle Melancolía» o «¡Qué demasiao!», pero muy
especialmente «Pongamos que hablo de Madrid», convertido para muchos en
una especie de himno oficioso de la ciudad y que fue grabado primero por
Antonio Flores, versión que alcanzó el número 1 en el programa de radio
Los 40 Principales. En 1981 apareció La mandrágora, disco grabado en
directo junto con Krahe y Pérez en el que intentaron recoger el espíritu
de sus actuaciones en el local. Alternaron sus conciertos en pubs con
la traducción de éxitos de la canción italiana para la discográfica CBS y
empiezó a componer para otros artistas como Miguel Ríos y Ana Belén.
Comienzó a actuar con la que sería su primera banda, Ramillete de
virtudes y le añadió a su viejo repertorio nuevas composiciones cada vez
más orientadas hacia el rock y con más ritmo como «Pisa el acelerador» y
«Juana la Loca», canciones que, poco después, formarían parte del que
sería su tercer elepé (sin contar el disco grabado en La Mandrágora),
Ruleta rusa, publicado en 1984.3 En 1984, escribió para Diario 16 un
artículo de bienvenida a Bob Dylan y ese mismo año grabó con Gloria van
Aerssen, de Vainica Doble, «Con las manos en la masa», la sintonía del
programa de cocina homónimo de Elena Santonja en RTVE. Durante la
temporada 1983-1984 actuó además asiduamente en el programa de TVE Si yo
fuera presidente, de Fernando García Tola.
Poco después Sabina
y Krahe decidieron separarse artísticamente para evitar repetirse. En
1985 abandonó CBS y se marchó a Ariola a cambio de la libertad artística
y algo de dinero. Ese mismo año comienzó a trabajar con Viceversa,
banda con la que en 1985 sacaron el álbum Juez y parte y, un año
después, el disco en directo Joaquín Sabina y Viceversa en directo,
grabado en el Teatro Salamanca de Madrid y que cuenta con la
participación como invitados de Javier Gurruchaga y Ricardo Solfa, que
interpretaron temas de su anfitrión, y de Luis Eduardo Aute, que le
dedicó la canción «Pongamos que hablo de Joaquín». El álbum era un éxito
de ventas y supuso su salto al gran público. Participó en las fiestas a
favor de un referéndum para la salida de España de la OTAN. Además,
estrenó Si te he visto no me acuerdo, una canción que glosaba los tres
años de gobierno socialista de Felipe González y en las elecciones
municipales apoyó a su amigo Juan Barranco, candidato a la Alcaldía de
la capital.8 Además, en marzo de ese mismo año publicó De lo cantado y
sus márgenes, un conjunto de textos que reúne gran parte de los textos
que formaron parte de Memorias del exilio y de las canciones de
Inventario.9
El éxito multitudinario
Joaquín Sabina durante un concierto. Al fondo, Antonio García de Diego.
Los éxitos comienzaron a sucederse con la publicación de sus siguientes
elepés. En 1987 consolidó su éxito con la venta de más de 400.000
copias de Hotel, dulce hotel. Su antigua compañía, viendo el éxito del
artista, decidió editar, sin su consentimiento, un recopilatorio al que
titula Joaquín Sabina y todos sus éxitos. Dejó de actuar con el grupo
Viceversa y se asoció con Víctor Claudín y Pedro Sauquillo para dirigir
la sala de conciertos Elígeme, en el barrio de Malasaña de Madrid. En
1988 editó El hombre del traje gris, que meses más tarde presentó en la
Plaza de Toros Las Ventas de Madrid. Acto seguido realizó una
multitudinaria gira por México, Argentina y Venezuela. En ese trabajo se
incluyó la banda sonora, escrita por Joaquín junto a Pancho Varona,
retocada de la película Sinatra, dirigida por Paco Betriu, y
protagonizada por Alfredo Landa y Maribel Verdú. Sabina aparecía en un
papel secundario.5 Ese mismo año produjo un álbum doble en directo del
trío madrileño Los Chichos. Tiempo más tarde consiguió el divorcio de
Lucía, su mujer.
En 1989 fundó junto a Pancho Varona,
convertido en su inseparable guitarrista, Ripio, empresa editorial con
la que a partir de ese momento registró todas sus canciones. En este
mismo año, el 16 de enero, Joaquín es padre por primera vez, teniendo
una hija, Carmela Juliana, fruto de su relación con Isabel Oliart, y a
quien le dedicó la canción «Ay, Carmela» de su disco Vinagre y rosas de
2009. Otra vez su antigua discográfica, y una vez más sin el
consentimiento del artista, editó otra compilación: Mucho Sabina.
Los discos y las giras se sucedieron en el comienzo de los noventa, con
la publicación de Mentiras piadosas (1990), Física y Química (1992),
del cual se vendieron más de un millón de copias y en el que contó con
la colaboración de Andrés Calamaro en el tema «Pastillas para no soñar» y
que popularizó en Sudamérica a través de una macrogira internacional de
188 conciertos, y Esta boca es mía (1994).
El 26 de julio de
1992 nació su segunda hija con Isabel Oliart, Rocío, y comienzó una
relación sentimental con la modelo mallorquina Cristina Zubillaga. En
1994 participó, junto a otros artistas, en los actos de protesta por el
cierre del madrileño teatro Alfil. En las elecciones legislativas de
junio, dejó clara su postura política apoyando a Izquierda Unida.5 Este
mismo año participó, junto con otros importantes artistas, en la gira
Mucho más que dos de Ana Belén y Víctor Manuel. En 1995 colaboró en el
programa de televisión Hermida y compañía, presentado por Jesús
Hermida.8
En 1996 publicó Yo, mi, me, contigo, disco que le
llevó de gira en compañía de Los Rodríguez dando más de 30 conciertos
que se iniciaron el 18 de julio en Gijón (Asturias) y continuaron por
diversos países de Latinoamérica (Perú, México, Chile, Argentina y
Uruguay). El disco es el número uno de la lista de ventas de la
Asociación Fonográfica y Videográfica Española (AFYVE), con 80.000
copias vendidas en su primera semana en el mercado.5 En él se incluye la
canción «Y sin embargo» de la que Joaquín afirmó «Es mi canción de amor
preferida».10
En 1997, año en que es recibido por Fidel
Castro, con quien conversó durante cinco horas,11 se embarcó en un
proyecto con el músico argentino Fito Páez, que admiraba las cualidades
poéticas de Sabina. El resultado es el disco Enemigos íntimos, que salió
a la venta en España en 1998, aunque la gira promocional programada fue
suspendida por desavenencias entre los dos músicos. En esa oportunidad
se cancelan más de 70 conciertos que tenían vendidos y promocionados
alrededor del mundo. El escándalo es mayor cuando se conoce una carta
que el mismo Joaquín Sabina le había escrito a Fito Páez en forma de
poesía, donde resumía los motivos que determinaron el final de su
relación laboral: «El rol del patito feo, no me va te lo aseguro, y
menos el de hombre duro, que a ti te cuesta tan poco» recitaba Joaquín
en la mencionada carta.12 Joaquín hizo una gira en solitario por teatros
llamada Sabina, viuda e hijos en paños menores, de importante éxito y
que destacó por la gran duración de los recitales, que llegan a las tres
horas. En este tour se acompañó sólo de tres músicos: Pancho Varona
(guitarra), Antonio García de Diego (guitarra y teclados) y Olga Román
(coros, percusiones y guitarra). Tras romper con Cristina Zubillaga,
comienzó a salir con una porteña de 23 años, Paula Seminara, relación
que duró un año y medio.
Joaquín Sabina y Olga Román durante un concierto.
En 1999 publicó 19 días y 500 noches, disco que vende más de 500.000
copias en España y que le hace ganar cuatro de los Premios de la Música
de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) del año 2000, además
del Premio Ondas a la mejor canción. Dentro de este disco se encuentran
«Una canción para la Magdalena» y «Noches de boda», dos de las canciones
preferidas de Joaquín.13 Ese mismo año su discográfica le rinde un
homenaje en el Hotel Palace de Madrid para conmemorar la venta de más de
cuatro millones de discos desde su primer trabajo en dicha
discográfica, Juez y parte, hasta 19 días y 500 noches. En diciembre de
ese mismo año participa en el segundo concierto organizado por Los 40
Principales, Principales Solidarios, junto a La Oreja de Van Gogh, Hevia
y Celtas Cortos para recaudar fondos destinados a los refugiados del
conflicto de Los Balcanes.5
En 2000 le fueron otorgados cuatro
de los cinco galardones a los que optaba en los Premios de la Música en
las categorías de Mejor autor pop, Mejor artista pop, Mejor disco del
año y Mejor canción del año por «19 días y 500 noches».14 Además
comienza la gira acústica Nos sobran los motivos, una revisión mejorada
de En paños menores. En septiembre termina la gira eléctrica de 19 días y
500 noches. El 6 de noviembre de ese mismo año recibe el Premio Ondas a
la Mejor Canción por «19 días y 500 noches».
Problemas de salud
Joaquín Sabina en la Feria del Libro de Madrid en 2007.
La madrugada del 24 de agosto de 2001, tras la publicación ese mismo
año del álbum Nos sobran los motivos, doble disco en directo,
recopilatorio de la gira del mismo nombre, sufre un leve infarto
cerebral que pondrá su vida en peligro. Aunque pocas semanas más tarde
se recupera sin sufrir secuelas físicas, el incidente influye en su
forma de pensar y se ve inmerso en una importante depresión. Todo esto
hace recapacitar a Sabina sobre su modo de vida y su relación con las
drogas por lo que decide dejar de consumir cocaína y afirmaría que «por
las drogas sólo siento nostalgia».15 Sin embargo, en la entrevista
durante el documental Joaquín Sabina - 19 días y 500 noches él mismo
indica que había dejado de consumir cocaína cuatro meses antes de su
accidente cerebro-vascular.16 Durante ese tiempo también logra dejar de
fumar durante 8 meses y llega a confesar que «fueron los ocho meses más
largos de mi vida».17 18 Decidido a relanzar a su amiga María Jiménez,
le cede sus temas para que lance el disco Donde más duele (canta por
Sabina), cantando con ella el tema «Con dos camas vacías».
En
2002, año en que posa desnudo para El País Semanal,19 sale a la venta el
libro Con buena letra, que incluye ilustraciones y las letras de todas
sus canciones, y el disco Dímelo en la calle, que la crítica considera
como uno de los álbumes más importantes de ese año, y que se da a
conocer con el sencillo «69.G». También incluye el tema «Como un dolor
de muelas», escrito parcialmente por Pancho Varona y el subcomandante
Marcos, portavoz del EZLN y líder del levantamiento zapatista en Chiapas
(México), el 1 de enero de 1994.20 Este disco también incluye la
canción «Semos diferentes» que forma parte de la banda sonora de la
película Torrente 2: Misión en Marbella y por la que obtiene una
nominación a los Premios Goya de 2002 como «Mejor Canción Original».21
Sabina suspende la gira programada para promocionar el álbum
argumentando problemas en las cuerdas vocales, aunque posteriormente
haría público que el verdadero motivo fue la depresión que sufría.17 Sin
embargo, en abril de 2003 saca un nuevo disco doble, Diario de un
peatón, que integra Dímelo en la calle con un segundo CD donde presenta
algunos de sus temas recientes y otros antiguos que seguían inéditos. En
el disco cuenta con la colaboración de Pablo Milanés en «La canción más
hermosa del mundo», que antes ya había versionado con Pasión Vega.
En este tiempo sigue bajo los efectos de la depresión y reduce su
actividad musical, pero potencia enormemente su faceta literaria como
poeta. Como muestra de apoyo, surge el proyecto que finalizaría con el
disco Entre todas las mujeres (voces de mujer cantan a Joaquín Sabina),
aparecido en octubre de 2003, donde trece artistas femeninas, como
Rosario Flores, Ana Belén, Chavela Vargas o Julieta Venegas, versionan
varios de sus temas.
Pese a su enfermedad, compone e interpreta
en 2003 «Motivos de un sentimiento», el himno del Centenario del club
de fútbol del que siempre se ha declarado fiel seguidor, el Atlético de
Madrid. Joaquín se encarga de dar forma a tres versiones diferentes: una
instrumental, otra al estilo de las chirigotas gaditanas y una última
con sonido rock and roll, ésta última cantada por Rosendo Mercado,
Germán «Mono» Burgos, Lichis (cantante de La cabra mecánica), Josele
Santiago y él mismo.22 En 2004 crea con unos socios el restaurante La
Cantina de la Mordida, en Madrid.23 Este mismo año compone la canción La
rubia de la cuarta fila para la banda sonora de la película Isi/Disi.
Amor a lo bestia, con la que obtiene de nuevo una nominación a los
Premios Goya de 2005 como Mejor Canción Original.21 También participa en
el proyecto colectivo en homenaje al poeta Pablo Neruda en su
centenario, de título Neruda en el corazón.
Recuperación, nuevos discos y más giras
Joaquín Sabina durante un concierto en Las Palmas de Gran Canaria en 2006.
En 2005, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, le ofreció ser
el pregonero de las fiestas de San Isidro Labrador, patrón de la ciudad,
honor que Sabina aceptó componiendo un pregón en verso que tuvo gran
acogida popular.24 25 Publicó el disco Alivio de luto y gracias a ello y
a su dedicación a la literatura logró salir de la depresión.17 Publicó
Con buena letra 2, un libro que contiene letras de canciones escritas
por encargo o para amigos, para cine y televisión, y correspondientes a
su disco Alivio de luto.
Regresó a los escenarios con la Gira
Ultramarina, en formato acústico y en pequeños escenarios o teatros, y
supone el retorno del artista después de más de tres años de
inactividad, rodeado de sus músicos habituales, Pancho Varona, Olga
Román, Antonio García de Diego y Pedro Barceló. Uno de los conciertos de
esta gira, en la ciudad de Gijón, fue suspendido por una laringitis
aguda, lo que da una vez más lugar a comentarios en la prensa y entre el
público acerca de su estado de salud.26
En el año 2006, tras
concluir la Gira Ultramarina, comienzó otra serie de conciertos bajo el
nombre Carretera y top manta. Esta referencia a la piratería musical le
llevó a un agrio enfrentamiento con el cantante Ramoncín, miembro de la
junta directiva de la SGAE.27 La gira tuvo carácter eléctrico y se
realizó en grandes escenarios, comenzando en Gijón (resarciéndose así de
lo que él mismo llamó «gatillazo»)28 y terminando a finales de año,
después de recorrer gran parte de la geografía española, en Sudamérica.
Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat durante su gira Dos pájaros de un tiro en Quito (Ecuador).
Ese mismo año apareció un nuevo libro de entrevistas con Sabina bajo el
título Sabina en carne viva. Yo también sé jugarme la boca. Su autor es
Javier Menéndez Flores, que ya escribió otro anterior, Perdonen la
tristeza, en el año 2000. El nuevo libro fue un éxito de ventas, aunque
estuvo momentáneamente apartado de las librerías por motivos de lucha
editorial.29 Al mismo tiempo, comienzó a colaborar con la revista
Interviú, que le cedió la tercera página para publicar sus sonetos.
En octubre de dicho año recibió de manos del rey Don Juan Carlos la
Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.30 Un mes después, en
noviembre, se publicó una antología llamada Punto... y seguido, que, en
formato de doble caja (18 CD y 2 DVD), incluye todos sus discos más
colaboraciones, directos y rarezas.
En 2007 realizó una gira
junto a Joan Manuel Serrat llamada Dos pájaros de un tiro, que comienzó
el 29 de junio y que los llevó por 30 ciudades españolas y 20
americanas. En ella, el catalán interpretó las mejores canciones del
ubetense mientras éste hacía lo propio con el repertorio del noi del
Poble-sec. De los conciertos celebrados en Madrid se grabó un disco en
directo y un DVD con más material que fue puesto a la venta en diciembre
de 2007.31
Joaquín Sabina tocando la guitarra durante un concierto de la gira Vinagre y rosas en Madrid el 15 de diciembre de 2009.
En ese mismo año compuso la banda sonora de la película Un mundo para
Julius, basada en la novela homónima de Alfredo Bryce Echenique, que
interpretaron Ana Belén y Luz Casal.32 También sacó a la venta Esta boca
sigue siendo mía, segunda parte de los sonetos publicados para
Interviú, y A vuelta de correo, epistolario publicado en la editorial
Visor que recoge la correspondencia entre el cantautor y diferentes
personalidades como el subcomandante Marcos o Fito Páez, entre otros.
En 2008, el director neerlandés Ramon Gieling dirigió una película
sobre la vida de Joaquín Sabina titulada «19 días y 500 noches» y cuyo
tema principal es la depresión que sufrió hace unos años.33 Ese mismo
año se concretó la reconciliación y posterior encuentro entre Sabina y
Fito Páez. Fito invitó a Sabina a su recital en Madrid y juntos grabaron
una versión de «Contigo», que estaba incluida en el último CD del
artista argentino titulado No sé si es Baires o Madrid. El encuentro
está registrado también en el DVD que acompañó al disco.34
El 5
de marzo de 2009 se anunció la concesión a Joaquín Sabina, junto a José
Tomás, Raúl González Blanco y Paloma O'Shea, de la Medalla de Oro de la
Ciudad de Madrid que otorgó anualmente el Ayuntamiento como
reconocimiento a personajes públicos que han contribuido con su trabajo a
fomentar la buena imagen de la ciudad. El galardón lo recibió el 15 de
mayo del mismo año.35 El 17 de noviembre de ese año publicó su
decimoquinto álbum de estudio, titulado Vinagre y rosas y cuyo sencillo,
«Tiramisú de limón», es cantado junto al grupo Pereza, el cual se
encargó además de ponerle música así como de los coros y la producción.
Para presentar este nuevo álbum inició una gira en Salamanca, donde dio
sus 2 primeros conciertos los días 20 y 21 del mismo mes.36 Esta gira,
según ha afirmado, sería la última que realice por grandes escenarios.37
El 16 de noviembre de 2010, la revista Rolling Stone le otorgó el
premio como Artista del año.38
En 2012 volvío a grabar un disco
con Serrat titulado "La orquesta del Titanic" compuesto por 11
canciones llenas de ironía y incluye el tema "Canción de Navidad", un
villancico que explica que es para ellos la Navidad y su significado.
Su musical y debut en Estados Unidos
Joaquín Sabina y Pancho Varona junto a todo el elenco del musical Más de cien mentiras el día del estreno de la obra.
En 2011, el cantante inició la gira El penúltimo tren en la que
recorrió Latinoamérica y en la que tenía previsto cantar por primera vez
en Estados Unidos.39 Sin embargo, en mayo de 2011, Sabina suspendió los
conciertos en ciudades mexicanas y estadounidenses debido a una
«diverticulitis aguda con riesgo de complicaciones» y los pospuso para
el mes de octubre.40 41 Ya recuperado, regresó a los escenarios el 2 de
julio en el festival Músicos en la naturaleza, celebrado en Hoyos del
Espino (Ávila, España), en el que actuó junto a Andrés Calamaro.42
Finalmente pudo actuar en el Manhattan Center de Nueva York el 16 de
octubre, en el que fue su primer concierto en Estados Unidos. Dentro de
su gira, también actuó en el Nokia Theater de Los Ángeles el 20 de
octubre y la finalizó el 23 de octubre en el AmericanAirlines Arena de
Miami.43
El 6 de octubre de ese mismo año se estrenó el musical
Más de cien mentiras, basado en sus canciones y dirigido por David
Serrano y con el propio cantante como director musical en compañía de
Pancho Varona y José María Cámara.44
El 6 de febrero de 2012,
presentó junto a Joan Manuel Serrat La orquesta del Titanic, su primer
álbum de estudio grabado con el cantautor catalán. Además, anunciaron
una gira de presentación del disco que los llevaría por Argentina,
Chile, México, Estados Unidos, Costa Rica y España.45 En la campaña
electoral de las Elecciones al Parlamento de Cataluña de 2012, cedió los
versos de Anteproyectos para la letra del himno nacional (con perdón)
para que el partido Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía lo usara en
dicha campaña.46
Influencias
La poesía de Francisco de Quevedo ejerció una gran influencia sobre las letras de Joaquín Sabina.
De Joaquín Sabina se puede afirmar que es a la vez un hombre y una
literatura dilatados y complejos, ya que su biografía está llena de
hechos fuera de lo normal (como por ejemplo ser detenido por su padre o
conocer a una persona que le cede su pasaporte sin apenas conocerse) y
su obra no es la propia de un poeta, ya que gran parte de sus
composiciones son canciones. Por ello, su vida no es menos importante
que su obra, más allá de la autorreferencialidad que presentan las
letras de sus canciones, al igual que ocurriera con Francisco de Quevedo
y sus poemas. Según Walter Benjamin, lo que caracteriza a la era
posmoderna de los medios de difusión masiva y de la
hiperreproductibilidad técnica de la obra de arte es que a partir de la
exhibición pública de su persona se pone en un mismo plano de exposición
la vida y la obra del autor, o incluso mayor. Esto mismo ocurre con
Joaquín Sabina y su cancionero.47
Sobre este tema, Marcela
Romano apunta en ¿La enunciación en persona?, que «al modelo de
productor individual, discretamente implicitado en la escritura, sucede
otro fuertemente explícito, presente, quien, simultáneamente con el
texto, exhibe la voz, el cuerpo, los gestos, la vestimenta»,48 al que la
estudiosa denomina «sujeto espectacular». Esa exhibición de la persona
se confirma con el hecho de que los tres libros editados sobre Joaquín
Sabina (al margen de los libros de poemas) son biografías o
compilaciones de anécdotas, aunque en ellos aún se encuentren también
referencias a su obra. Sin embargo, la exposición del artista posmoderno
va mucho más allá y llega hasta los programas de televisión y de radio,
los sitios de internet, las revistas de interés general y la prensa del
corazón, es decir, el sistema de producción y consumo del llamado mundo
del espectáculo.
Joaquín Sabina se emancipa inmediatamente
después de la edición en 1978 de Inventario, su primer disco, de la
musicalización de la poesía y lo que precisamente lo caracteriza es,
salvo en muy contados casos de coautoría o de interpretación de
canciones de otros autores, la preeminencia de sus letras, tanto en el
sentido de que éstas son dominantes absolutas en su cancionero como en
el de que posee una intervención limitada en su musicalización, de la
que se encargan fundamentalmente desde mediados de los años 80 Pancho
Varona y Antonio García de Diego. Cabe destacar que el único texto de
los poemas que forman las canciones de Inventario que Sabina musicaliza
es un texto medieval titulado el «Romance de la gentil dama y el rústico
pastor».49 Resulta curioso por el hecho de que aunque gran parte de la
poesía musicalizada por cantautores españoles e hispanoamericanos a
partir de la década del 60 ya posee una virtualidad oral: los Cantares o
La Saeta de Antonio Machado, las Nanas de la cebolla de Miguel
Hernández e interpretadas por Serrat; así como el son de Nicolás Guillén
para el cubano Pablo Milanés; Sabina elige un texto anterior a la
invención de la imprenta y lo remusicaliza, ya que en su contexto
original era cantado. En este romance aparecen varios ejes temáticos
sobre los cuales se desarrollará la temática posterior de las canciones
de Joaquín Sabina: el amor, el sexo, el rechazo a la pareja formalizada y
el estereotipo del varón solitario.47
Desde los estudios
realizados por Heinrich Wölfflin, es un tópico considerar que el arte se
desarrolla en períodos sucesivos de afirmación y de crisis. El Barroco
es considerado como un período de crisis y se vincula con la
posmodernidad debido a su pesimismo e ironía esenciales. Se relacionan
algunas canciones de Sabina como «Calle Melancolía», «Inventario» o
«Siete crisantemos» con el esprit du temps barroco. El Barroco expresa
la conciencia de una crisis, visible en los agudos contrastes sociales,
el hambre, la guerra y la miseria. De la misma forma, España en los años
80, años en los que se publica la canción «Calle Melancolía»,50 se
caracteriza por ser «una sociedad marcada por el paro, la desesperanza,
el miedo atómico, la frustración laboral y académica, el absentismo, el
terrorismo,... junto con unas ganas de vivir a toda prisa, cierta
euforia cultural, la confianza en las instituciones democráticas; y todo
ello cifrando su hipotética salvación en un individualismo abrumador».
Esta situación se refleja en «Calle Melancolía», en la que encontramos
versos con amargos desengaños «no hallo más que puertas que niegan lo
que esconden»; dolor vital, «por las paredes ocres se desparrama el zumo
/ de una fruta de sangre crecida en el asfalto»; desesperación, «me
enfado con las sombras que pueblan los pasillos»; desamparo, «trepo por
tu recuerdo como una enredadera / que no encuentra ventanas donde
agarrarse»; y, posiblemente, los versos que mejor definen la España de
los primeros años del postfranquismo: «un barco enloquecido / que viene
de la noche y va a ninguna parte».51
Sabina en el Movistar Arena de Santiago de Chile en marzo de 2011
Fredric Jameson afirmaría al respecto que lo posmoderno es «la lógica
cultural del capitalismo tardío» y que, en rigor, no existe una ruptura
epistémica con los postulados de la Modernidad.52 Umberto Eco define la
posmodernidad como la «fase manierista de la Modernidad». La
posmodernidad en la literatura española se inicia con los primeros
poetas de posguerra y su giro hacia un «yo» autorreflexivo a la vez que
la incorporación de la denominada «voz social», lo que deriva, según
Laura Scarano, en «el programa poético de Gabriel Celaya en los años 50
con su propuesta de una poesía-canción»,48 aunque ya se percibía este
giro en autores de la generación del 27 como Federico García Lorca.
Las letras de Sabina poseen un amplio abanico de influencias que van
desde los cancioneros del rock anglosajón (con autores como Bob Dylan,
Leonard Cohen o The Rolling Stones), el folklore latinoamericano
(Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Chavela Vargas o José Alfredo
Jiménez), el tango (Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi o Celedonio
Flores) la canción melódica francesa (Georges Brassens) hasta poetas
vanguardistas hispanoamericanos como César Vallejo, pero también Pablo
Neruda, Raúl González Tuñón y Rafael Alberti o a los autores que forman
parte de sus primeras lecturas en su juventud, que incluyen a Fray Luis
de León y Jorge Manrique así como el resto de la tradición española.53
Por encima de todos estos autores destaca la influencia de Francisco de
Quevedo, aunque Sabina insiste en que su máxima influencia entre la
poesía española contemporánea es la de Jaime Gil de Biedma.47
Sabina ha manifestado en reiteradas ocasiones una admiración por su
compatriota la cantante María Dolores Pradera , en 2007 ambos grabaron
la canción "Jugar por Jugar" , para el disco "En buena compañía" , de
dicha artista. Esto los llevaría a fortalecer una amistad antigua que
Sabina transcribe a las "Coplas a María Dolores Pradera" que le dedica
en la presentación de "Canciones del alma" que graba Pradera en 2003.54
El sarcasmo, la ironía y la mordacidad son determinantes en la obra
poética de Joaquín Sabina, al igual que en la de Quevedo.55 Las
características formales básicas del Barroco se hacen patentes asimismo
en sus letras: léxico de uso corriente entrelazado con cultismos,
equívocos, retruécanos, contrastes y antítesis, así como construcciones
anafóricas y enumeraciones asindéticas, estos últimos, las dos
principales figuras retóricas de la poética sabiniana.47
«Contigo» como ejemplo barroco de la poesía sabiniana
Sabina en concierto con Estopa en el Palau Sant Jordi a finales de 2009.
Los discos más significativos y en los que Sabina alcanza la cumbre de
su barroquismo por encima del resto de álbumes de su discografía son Yo,
mí, me, contigo y 19 días y 500 noches. En el primero, porque ha sido
atiborrado deliberadamente de lecturas en clave, y en el segundo, porque
se muestra definitivamente dueño de sus recursos de estilo. El título
del disco Yo, mí, me, contigo revela la metatextualidad consciente de
Sabina, ya que enuncia los pronombres de primera persona del singular y
los contrapone con uno de la segunda persona en último lugar, elaborando
un juego de palabras. Se pueden establecer comparaciones entre la
canción «Contigo» de Sabina56 y el soneto de Quevedo «Amor constante más
allá de la muerte».
«Contigo» se vale de la anáfora en
las estrofas que constituyen la primera y segunda partes de la canción,
donde el «Yo no quiero» se repite dieciocho veces a lo largo de ellas
formando, por tanto, dieciocho versos endecasílabos, una de las métricas
preferidas del Barroco, la mayoría de ellos consecutivos. Como efecto
de significación, el «Yo no quiero» ofrece a la vez la preeminencia del
enunciador en primera persona y su definición por la negativa, otro
rasgo barroco, de una concepción del amor que reniega (al igual que
ocurría en el «Romance de la gentil dama y el rústico pastor») del
amancebamiento/
aburguesamiento
del sujeto poético, para oponerlo antitéticamente, al final de cada
parte, a la afirmación de «Lo que yo quiero».
El segundo
recurso propio del Barroco lo encontramos en el uso arcaizante del
ablativo absoluto «corazón cobarde», que puede ser una aposición del
«yo» poético como un vocativo que apela al «tú» femenino («lo que yo
quiero, corazón cobarde, / es que mueras por mí»). Por paralelismo con
la segunda parte de la canción, se podría pensar que se trata de lo
segundo, dado que los versos equivalentes son «lo que yo quiero,
muchacha de ojos tristes, / es que mueras por mí», pero esta lectura
restaría la ambigüedad buscada por el poeta a la hora de componer los
versos.
El tercer caso puede calificarse como una reescritura
que Sabina hace de Quevedo, es decir, la asimilación por parte de Sabina
de un texto ajeno escrito por Quevedo desarrollando una escritura
propia del mismo y superando la mímesis. Por tanto, el «Y morirme
contigo si te matas / y matarme contigo si te mueres, / porque el amor
cuando no muere mata, / porque amores que matan nunca mueren» podría
considerarse una especie de glosa de todo el soneto «Amor constante más
allá de la muerte» de Quevedo.
Por último, el estribillo de
«Contigo» es otra clara muestra del barroquismo de la canción, ya que
desarrolla en sus cuatro versos una estructura de paralelismo entre sí
en los dos primeros y en los dos últimos, comenzando una vez más de
forma anafórica («Y...», «Porque...») y a la vez un quiasmo versal entre
el primero y el segundo y entre el tercero y el cuarto. Es decir, en
cada par de versos se juega con lo especular, que se reduplica en la
especularidad entre los dos pares. Además, las cuatro conjugaciones
distintas de los verbos «matar» y «morir» son antitéticos entre sí.47
Véase también: Literatura española del Barroco
Wikisource contiene una copia de Amor constante más allá de la muerte.
Discografía
Artículo principal: Discografía de Joaquín Sabina
Joaquín Sabina durante un concierto de la gira Carretera y top manta, con sus típicos chaqué y bombín.
Álbumes de estudio
Inventario (1978)
Malas compañías (1980)
Ruleta rusa (1984)
Juez y parte (1985), con Viceversa.
Hotel, dulce hotel (1987)
El hombre del traje gris (1988)
Mentiras piadosas (1990)
Física y Química (1992)
Esta boca es mía (1994)
Yo, mi, me, contigo (1996)